馃敶EL CRISTIANO COFRADE Y LA CUARESMA, POR N.H.D. ANTONIO ORTEGA ROJAS馃敶

Todav铆a permanece en nuestro recuerdo la Cuaresma del 2020 que, por la declaraci贸n del estado de alarma por la pandemia, nos impidi贸 vivirla con la ilusi贸n del Martes Santo, para la manifestaci贸n p煤blica de nuestra fe, acompa帽ando a nuestros Titulares.

Pero tambi茅n hemos vivido cerca la suspensi贸n de algunos desfiles procesionales, cuando la meteorolog铆a, ha impedido alguna salida, con todo preparado en su templo esperando abrir su puerta principal para dar paso a la procesi贸n.

Esas inesperadas contingencias, nos ponen a prueba para mostrar: ¿qu茅 es la Cuaresma para un cristiano cofrade? ¿nos quedamos en lo externo del desfile procesional? ¿y c贸mo vivimos nuestra Estaci贸n de Penitencia?
El Mi茅rcoles de Ceniza, el umbral de la Cuaresma, nos invita a: “Convert铆os y creed en el Evangelio”. 

Convertirse es revisar y cambiar aquellos aspectos de nuestra vida que nos alejan de la autenticidad de nuestra fe de cristianos cofrades. Es el momento propicio para profundizar en nuestra actuaci贸n y comprobar la coherencia de nuestra vida, con esa fe que profesamos y que renovamos en la Eucarist铆a de cada Domingo. Y de forma especial y solemne en la que celebramos en la ma帽ana del Martes Santo, con motivo de la incorporaci贸n de nuevos hermanos.

No deber铆amos olvidar que la fe es un don gratuito. La primera semilla la recibimos en nuestro Bautismo, pero no la recibimos para siempre, si no somos cuidadosos en alimentarla, para que no se seque como una planta que no recibe los oportunos cuidados para su conservaci贸n.

Cuando llega el momento de renovar esa fe, en la adolescencia en madurez, lo hacemos en el Sacramento de la Confirmaci贸n. Que vino precedida de nuestra Primera Comuni贸n. En ambos casos con amplios per铆odos de catequesis que nos han ido formando y ayudando a profundizar en esa fe, pero que no sustituyen la atenci贸n y actitud positiva del confirmado.

El primer lunes de cada mes, est谩 programada en nuestra Capilla: Oraci贸n mensual y formaci贸n cristiana”. Precisamente es la oraci贸n el sustento b谩sico de nuestra fe; pero ser铆a deseable que la incorpor谩ramos como un h谩bito de nuestra vida. Y tambi茅n la formaci贸n permanente en la espiritualidad, que nos permita afrontar los retos de una sociedad que nos arrincona con ese laicismo activo, que pretende expulsar a Dios de nuestras vidas.

La Cuaresma es el tiempo m谩s propicio y adecuado para acercarnos a la Misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliaci贸n. Tambi茅n para reconducir relaciones personales y familiares, que pudieren estar rotas y que se restablecen desde el perd贸n: “…perdona nuestras ofensas, como tambi茅n nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Rezar con coherencia la oraci贸n que Jes煤s nos ense帽贸: Padrenuestro. Y dar intensidad a nuestra vida de Piedad por medio de la oraci贸n que es hacerse presente a Dios, amarle con todas las fuerzas de nuestro ser, y dejar que su amor vaya cambiando nuestra vida, por su Resurrecci贸n.

La limosna que nos predisponga a ayudar a los m谩s necesitados. Y el ayuno, que no solamente se refiere a la privaci贸n de alimento, sino depurar y tratar de suprimir todas aquellas tendencias personales que significan un obst谩culo en nuestra vida de cristianos cofrades, comprometidos colaboradores para hacer realidad el Reino de Dios en nuestro mundo.

Antonio Ortega Rojas  
Hermano en Cristo.

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