馃敶 FESTIVIDAD DE SAN FRANCISCO DE AS脥S 馃敶

Memoria de san Francisco, el cual, despu茅s de una juventud despreocupada, se convirti贸 a la vida evang茅lica en As铆s, localidad de Umbr铆a, en Italia, y encontr贸 a Cristo sobre todo en los pobres y necesitados, haci茅ndose pobre 茅l mismo. Instituy贸 los Hermanos Menores y, viajando, predic贸 el amor de Dios a todos y lleg贸 incluso a Tierra Santa. Con sus palabras y actitudes mostr贸 siempre su deseo de seguir a Cristo, y escogi贸 morir recostado sobre la nuda tierra († 1226).

San Francisco fue un santo que vivi贸 tiempos dif铆ciles de la Iglesia y la ayud贸 mucho. Renunci贸 a su herencia d谩ndole m谩s importancia en su vida a los bienes espirituales que a los materiales.
Francisco naci贸 en As铆s, Italia en 1181 贸 1182. Su padre era comerciante y su madre pertenec铆a a una familia noble. Ten铆an una situaci贸n econ贸mica muy desahogada. Su padre comerciaba mucho con Francia y cuando naci贸 su hijo estaba fuera del pa铆s. Las gentes apodaron al ni帽o “francesco” (el franc茅s) aunque 茅ste hab铆a recibido en su bautismo el nombre de “Juan”.
En su juventud no se interes贸 ni por los negocios de su padre ni por los estudios. Se dedic贸 a gozar de la vida sanamente, sin malas costumbres ni vicios. Gastaba mucho dinero pero siempre daba limosnas a los pobres. Le gustaban las rom谩nticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores.

Cuando Francisco ten铆a como unos veinte a帽os, hubo pleitos y discordia entre las ciudades de Perugia y As铆s. Francisco fue prisionero un a帽o y lo soport贸 con alegr铆a. Cuando recobr贸 la libertad cay贸 gravemente enfermo. La enfermedad fortaleci贸 y madur贸 su esp铆ritu. Cuando se recuper贸, decidi贸 ir a combatir en el ej茅rcito. Se compr贸 una costosa armadura y un manto que regal贸 a un caballero mal vestido y pobre. Dej贸 de combatir y volvi贸 a su antigua vida pero sin tomarla tan a la ligera. Se dedic贸 a la oraci贸n y despu茅s de un tiempo tuvo la inspiraci贸n de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio. Se dio cuenta que la batalla espiritual empieza por la mortificaci贸n y la victoria sobre los instintos. Un d铆a se encontr贸 con un leproso que le ped铆a una limosna y le dio un beso.

Visitaba y serv铆a a los enfermos en los hospitales. Siempre, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba. Un d铆a, una imagen de Jesucristo crucificado le habl贸 y le pidi贸 que reparara su Iglesia que estaba en ruinas. Decidi贸 ir y vender su caballo y unas ropas de la tienda de su padre para tener dinero para arreglar la Iglesia de San Damian. Lleg贸 ah铆 y le ofreci贸 al padre su dinero y le pidi贸 permiso para quedarse a vivir con 茅l. El sacerdote le dijo que s铆 se pod铆a quedar ah铆, pero que no pod铆a aceptar su dinero. El pap谩 de San Francisco, al enterarse de lo sucedido, fue a la Iglesia de San Dami谩n pero su hijo se escondi贸. Pas贸 algunos d铆as en oraci贸n y ayuno. Regres贸 a su pueblo y estaba tan desfigurado y mal vestido que las gentes se burlaban de 茅l como si fuese un loco. Su padre lo llev贸 a su casa y lo golpe贸 furiosamente, le puso grilletes en los pies y lo encerr贸 en una habitaci贸n (Francisco ten铆a entonces 25 a帽os). Su madre se encarg贸 de ponerle en libertad y 茅l se fue a San Dami谩n. Su padre fue a buscarlo ah铆 y lo golpe贸 y le dijo que volviera a su casa o que renunciara a su herencia y le pagara el precio de los vestidos que hab铆a vendido de su tienda. San Francisco no tuvo problema en renunciar a la herencia y del dinero de los vestidos pero dijo que pertenec铆a a Dios y a los pobres. Su padre le oblig贸 a ir con el obispo de As铆s quien le sugiri贸 devolver el dinero y tener confianza en Dios. San Francisco devolvi贸 en ese momento la ropa que tra铆a puesta para d谩rsela a su padre ya que a 茅l le pertenec铆a. El padre se fue muy lastimado y el obispo regal贸 a San Francisco un viejo vestido de labrador que ten铆a al que San Francisco le puso una cruz con un trozo de tiza y se lo puso.
San Francisco parti贸 buscando un lugar para establecerse. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuera un mendigo. Unas personas le regalaron una t煤nica, un cintur贸n y unas sandalias que us贸 durante dos a帽os.

Luego regres贸 a San Dami谩n y fue a As铆s para pedir limosna para reparar la Iglesia. Ah铆 soport贸 las burlas y el desprecio. Una vez hechas las reparaciones de San Dami谩n hizo lo mismo con la antigua Iglesia de San Pedro. Despu茅s se traslad贸 a una capillita llamada Porci煤ncula, de los benedictinos, que estaba en una llanura cerca de As铆s. Era un sitio muy tranquilo que gust贸 mucho a San Francisco. Al oir las palabras del Evangelio “...No lleven oro....ni dos t煤nicas, ni sandalias, ni b谩culo..”, regal贸 sus sandalias, su b谩culo y su cintur贸n y se qued贸 solamente con su t煤nica sujetada con un cord贸n. Comenz贸 a hablar a sus oyentes acerca de la penitencia. Sus palabras llegaban a los corazones de sus oyentes. Al saludar a alguien, le dec铆a “La paz del Se帽or sea contigo”. Dios le hab铆a concedido ya el don de profec铆a y el don de milagros.
San Francisco tuvo muchos seguidores y algunos quer铆an hacerse disc铆pulos suyos. Su primer disc铆pulo fue Bernardo de Quintavalle que era un rico comerciante de As铆s que vendi贸 todo lo que ten铆a para darlo a los pobres. Su segundo disc铆pulo fue Pedro de Cattaneo. San Francisco les concedi贸 h谩bitos a los dos en abril de 1209.

Cuando ya eran doce disc铆pulos, San Francisco redact贸 una regla breve e informal que eran principalmente consejos evang茅licos para alcanzar la perfecci贸n. Despu茅s de varios a帽os se autoriz贸 por el Papa Inocencio III la regla y les dio por misi贸n predicar la penitencia.

San Francisco y sus compa帽eros se trasladaron a una caba帽a que luego tuvieron que desalojar. En 1212, el abad regal贸 a San Francisco la capilla de Porci煤ncula con la condici贸n de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. 脡l la acept贸 pero s贸lo prestada sabiendo que pertenec铆a a los benedictinos. Alrededor de la Porci煤ncula construyeron caba帽as muy sencillas. La pobreza era el fundamento de su orden. San Francisco s贸lo lleg贸 a recibir el diaconado porque se consideraba indigno del sacerdocio. Los primeros a帽os de la orden fueron un per铆odo de entrenamiento en la pobreza y en la caridad fraterna. Los frailes trabajaban en sus oficios y en los campos vecinos para ganarse el pan de cada d铆a. Cuando no hab铆a trabajo suficiente, sol铆an pedir limosna de puerta en puerta. El fundador les hab铆a prohibido aceptar dinero. Se distingu铆an por su gran capacidad de servicio a los dem谩s, especialmente a los leprosos a quienes llamaban “hermanos cristianos”. Deb铆an siempre obedecer al obispo del lugar donde se encontraran. El n煤mero de compa帽eros del santo iba en aumento.

Santa Clara oy贸 predicar a San Francisco y decidi贸 seguirlo en 1212. San Francisco consigui贸 que Santa Clara y sus compa帽eras se establecieran en San Dami谩n. La oraci贸n de 茅stas hac铆a fecundo el trabajo de los franciscanos.
San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que quer铆a que fueran humildes. La orden creci贸 tanto que necesitaba de una organizaci贸n sistem谩tica y de disciplina com煤n. La orden se dividi贸 en provincias y al frente de cada una se puso a un ministro encargado “del bien espiritual de los hermanos”. El orden de fraile creci贸 m谩s alla de los Alpes y ten铆an misiones en Espa帽a, Hungr铆a y Alemania. En la orden hab铆an quienes quer铆an hacer unas reformas a las reglas, pero su fundador no estuvo de acuerdo con 茅stas. Surgieron algunos problemas por esto porque algunos frailes dec铆an que no era posible el no poseer ning煤n bien. San Francisco dec铆a que 茅ste era precisamente el esp铆ritu y modo de vida de su orden.
San Francisco conoci贸 en Roma a Santo Domingo que hab铆a predicado la fe y la penitencia en el sur de Francia.
En la Navidad de 1223 San Francisco construy贸 una especie de cueva en la que se represent贸 el nacimiento de Cristo y se celebr贸 Misa.

En 1224 se retir贸 al Monte Alvernia y se construy贸 ah铆 una peque帽a celda. La 煤nica persona que lo acompa帽贸 fue el hermano Le贸n y no quiso tener visitas. Es aqu铆 donde sucedi贸 el milagro de las estigmas en el cual quedaron impresas las se帽ales de la pasi贸n de Cristo en el cuerpo de Francisco. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las mangas del h谩bito y llevaba medias y zapatos. Dijo que le hab铆an sido reveladas cosas que jam谩s dir铆a a hombre alguno. Un tiempo despu茅s bajo del Monte y cur贸 a muchos enfermos.
San Francisco no quer铆a que el estudio quitara el esp铆ritu de su orden. Dec铆a que s铆 pod铆an estudiar si el estudio no les quitaba tiempo de su oraci贸n y si no lo hac铆an por vanidad. Tem铆a que la ciencia se convirtiera en enemiga de la pobreza.
 
La salud de San Francisco se fue deteriorando, los estigmas le hac铆an sufrir y le debilitaron y ya casi hab铆a perdido la vista. En el verano de 1225 lo llevaron con varios doctores porque ya estaba muy enfermo. Poco antes de morir dict贸 un testamento en el que les recomendaba a los hermanos observar la regla y trabajar manualmente para evitar la ociosidad y dar buen ejemplo. Al enterarse que le quedaban pocas semanas de vida, dijo “¡Bienvenida, hermana muerte!”y pidi贸 que lo llevaran a Porci煤ncula. Muri贸 el 3 de octubre de 1226 despu茅s de escuchar la pasi贸n de Cristo seg煤n San Juan. Ten铆a 44 a帽os de edad. Lo sepultaron en la Iglesia de San Jorge en As铆s.
 
Son famosas las an茅cdotas de los pajarillos que ven铆an a escucharle cuando cantaba las grandezas del Se帽or, del conejillo que no quer铆a separarse de 茅l y del lobo amansado por el santo. Algunos dicen que estas son leyenda, otros no.
San Francisco contribuy贸 mucho a la renovaci贸n de la Iglesia de la decadencia y el desorden en que hab铆a ca铆do durante la Edad Media. El ayud贸 a la Iglesia que viv铆a momentos dif铆ciles.

¿Qu茅 nos ense帽a la vida de San Francisco?

Nos ense帽a a vivir la virtud de la humildad. San Francisco tuvo un coraz贸n alegre y humilde. Supo dejar no s贸lo el dinero de su padre sino que tambi茅n supo aceptar la voluntad de Dios en su vida. Fue capaz de ver la grandeza de Dios y la peque帽ez del hombre. Ve铆a la grandeza de Dios en la naturaleza.

Nos ense帽a a saber contagiar ese entusiasmo por Cristo a los dem谩s. Predicar a Dios con el ejemplo y con la palabra. San Francisco lo hizo con Santa Clara y con sus seguidores dando buen ejemplo de la libertad que da la pobreza.

Nos ense帽a el valor del sacrificio. San Francisco vivi贸 su vida ofreciendo sacrificios a Dios.

Nos ense帽a a vivir con sencillez y con mucho amor a Dios. Lo m谩s importante para 茅l era estar cerca de Dios. Su vida de oraci贸n fue muy profunda y era lo primordial en su vida.
Fue fiel a la Iglesia y al Papa. Fund贸 la orden de los franciscanos de acuerdo con los requisitos de la Iglesia y les ped铆a a los frailes obedecer a los obispos.

Nos ense帽a a vivir cerca de Dios y no de las cosas materiales. Saber encontrar en la pobreza la alegr铆a, ya que para amar a Dios no se necesita nada material.

Nos ense帽a lo importante que es sentirnos parte de la Iglesia y ayudarla siempre pero especialmente en momentos de dificultad.

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